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Breve historia de nuestro centro:

Centre Geriàtric Sant Pere

Les Fonts es una zona residencial urbanizada de viviendas unifamiliares entre pinares, punto de encuentro de tres municipios: Terrassa, Rubí y Sant Quirze del Vallés, así como a tan sólo 19 min del centro de Sabadell, 17 min del centro de Sant Cugat y 30 min del centro de Barcelona, conectada a través de los Ferrocarriles de la Generalitat; línea Barcelona-Terrassa; estación de Les Fonts.

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Orígenes

Sant Pere de Les Fonts, su casa, antes de ser constituido como en centro geriátrico, fue casa colonial, de ahí la originalidad en la estructura del edificio en las ventanas arqueadas y los tejados típicos. Después pasó a ser la escuela de los niños de las familias de Les Fonts, por eso que muchos de los familiares de los residentes de Sant Pere recuerdan el edificio como tal e incluso habían acudido al colegio de pequeños. Pasadas algunas remodelaciones, en 1990 se hizo la inauguración como residencia de ancianos, el actual Centro Geriátrico Sant Pere de Les Fonts, con una capacidad de 51 plazas. En 2009 hicimos una ampliación a las 80 plazas actuales.

Nuestra visión

En este tiempo hemos hecho y rehecho diferentes croquis y esquemas de las posibles distribuciones funcionales basados ​​en nuestra experiencia y siempre con una finalidad muy clara: debía ser un “todo centrado en la persona”, en la búsqueda de la más ágil atención, evitando que la magnitud o distribución de la edificación fuera un monumento a los “pasos perdidos y la desorientación” tanto de los residentes como trabajadores. Por otra parte siempre hemos pensado que la asistencia gerontológica debía expresarse en dos vertientes, el público y el privado, por eso nuestra voluntad de ir por esta doble vía de la colaboración público-privada. En un inicio, empezamos con el programa de Acogida Residencial y después nos reafirmamos dando un paso adelante, siendo desde 2009 un centro concertado con el SISPAP con 51 plazas a las que sumamos 29 privadas  (o de PEVS) totalizando así la capacidad referida de 80 residentes. Ya hace unos años atrás que empezamos a trabajar en diferentes anteproyectos de crecimiento estructural conjuntamente con nuestro amigo, el arquitecto Marc Trepat. Finalmente llegaron al proyecto y la ejecución definitivos que recientemente hemos finalizado, cristalizando así el sueño familiar de la remodelación y ampliación de la residencia.

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La Residencia, hoy

Desde su fundación, el 20 de agosto de 1990, y hasta día de hoy, nos propusimos un centro diseñado y destinado a la asistencia de personas con perfiles de alta dependencia, especialmente trastornos de conducta en el sentido amplio del término. Aprovechamos el acondicionamiento estructural y distribución del edificio en tres plantas y las adaptamos a las necesidades y operativas asistenciales de grandes dependientes y, en lo posible, mantener las sus autonomías personales. Completado el ciclo, el centro ha quedado definido como un edificio central independiente de dos cuerpos, con un patio-jardín perimetral pavimentado totalmente accesible a usuarios con dificultades de movilidad. El edificio tiene dos bloques definidos orientadas cada una hacia las dos calles a los que tenemos acceso, Gerani y Dalia. Cada edificación tiene tres plantas interconectadas entre sí conformando un conjunto de 6 espacios de convivencia residencial, 5 unidades de convivencia o miniresidencias para 12 personas y otro de 20, todas con sus propios servicios y espacios comunes para el día a día. Hemos intentado conjugar, -y creemos que lo hemos logrado-, la privacidad, familiaridad y proximidad de los pequeños núcleos residenciales con el suyo propio comedor más tranquilo y reducido con la globalidad del centro y sus servicios comunes: recepción, enfermería, espacios de los profesionales, gimnasio con vista exterior, patios, grandes terrazas,... siempre buscando simplicidad y lógica asistencial en los anillos de recorridos interiores por la fácil ubicación de los usuarios en los espacios así como la proximidad de los profesionales cuidadores implicados. Desde entonces, intentamos mejorar día a día, teniendo en cuenta el reto y las necesidades asistenciales cambiantes y complejas que puedan ir sucediendo a la gente mayor. En esta línea hemos proyectado nuestra experiencia y conocimiento del sector.

La pandémia

La irrupción de la reciente pandemia nos ha dado la razón de forma inapelable a nuestros pensamientos de como debíamos evolucionar como residencia: ante las indicaciones de sectorizaciones horizontales y verticales de Sanidad, Sant Pere encajó como anillo al dedo, puesto que desde hace doce años ya trabajábamos en el concepto de los núcleos de convivencia y espacios reducidos. Eso, más las lógicas medidas del control de vectores, la inestimable y total colaboración de nuestras familias siendo todos un solo
equipo, fue lo que nos permitió ser una residencia libre de Covid en sus primeros impactos tan terribles. No fue hasta la inevitable extensión del virus, aunque ya menos letal, en lo que se nos produjeron los primeros contagios.
Fuimos la residencia que probablemente tuvo más impactos en los medios de comunicación por esta circunstancia y como anécdota citamos que así se recogió incluso en la prensa china. Curioso que el país que dio origen a este virus nos citara como ejemplo de la lucha contra él.

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Sobre nosotros

Somos una pequeña empresa de carácter familiar con una trayectoria desde 1983 en el sector en la que ya está implicada plenamente la segunda generación y que después de todo el trazado de nuestra particular historia hemos afrontado el reto, en estos tiempos difíciles, de hacer crecerlo hasta las 80 plazas.

En la foto, de izquierda a derecha:

Andrés Rueda, Lola Romero, Sara Rueda y Pol Rueda.

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